Se sabe desde hace tiempo que algunas personas pueden esquivar la enfermedad de Alzheimer a pesar de que su cerebro muestra todos los signos que en la actualidad se consideran característicos de esta patología neurodegenerativa. Lo que no se sabía hasta ahora es cómo lo lograban.
Las personas con Alzheimer acumulan en sus cerebros dos tipos de proteínas anómalas que deterioran las comunicaciones entre las neuronas: las proteínas beta amiloideas, que forman placas amiloides, y las proteínas tau, que forman marañas en forma de ovillos.
Sin embargo, algunas personas parecen inmunes a esas proteínas tóxicas, y aunque las tienen en su cerebro, no llegan a desarrollar la enfermedad que Alois Alzheimer descubrió hace más de un siglo. Ni siquiera muestran un deterioro cognitivo leve.
Descubrir por qué era un reto, pues puede conducir a abordajes alternativos a los actuales en la lucha contra esta devastadora enfermedad cuyo principal factor de riesgo es la edad.
En la Universidad de Texas acaban de dar un paso esperanzador en esa dirección. Han descubierto una importante pista para explicar qué hay de especial en el cerebro de los afortunados que teniendo marcadores cerebrales de Alzheimer nunca llegan a desarrollar la demencia. El trabajo se publica en el Journal of Alzheimer’s Disease.